30-08-2007

Lecciones de pobreza y caridad

Me gustaría compartir unas reflexiones motivadas por la “agresiva” política de reducción de la pobreza del 50 al 30% anunciada por el Presidente García hace un tiempo atrás. Creo que sería de mucha ayuda aprender de las experiencias de países que llevan décadas en esta tarea porque, como se dice por ahí, el conocimiento de la historia nos debería enseñar a no volver a cometer los mismos errores del pasado. Hace poco estuvo en Chile Michael Tanner, investigador y director del Health and Welfare Studies del CATO Institute en Washington DC y además autor del libro “The Poverty of Welfare: Helping Others in Civil Society”, donde se analiza el impacto del sistema de bienestar norteamericano consistente principalmente en la entrega de beneficios monetarios a familias pobres, desempleados y madres solteras que se aplicó durante varias décadas en ese país.
La conclusión del estudio de Tanner es un tanto sobrecogedora, a saber, que el sistema de bienestar habría tenido un escaso impacto en la reducción de pobreza. Pero ¿cuáles son los principales motivos por los cuales esto habría sucedido? Un repaso de las lecciones más importantes nos debería servir de input para el diseño de nuestras políticas públicas, las cuales, me imagino, se deben estar planificando actualmente.

Lección 1: ¿Caridad privada o pública?

Una primera experiencia importante del caso norteamericano es que a través del tiempo se fue generando toda una estructura pública burocrática que terminó trabando la lucha contra la pobreza. Michael Tanner propone en su libro ir reemplazando el sistema de bienestar por aquello que él denomina “private charity” o programas de caridad a cargo de instituciones privadas. De acuerdo con los estudios del autor, está demostrado que mientras el sistema público de bienestar genera incentivos perversos, los programas privados incentivan la autosuficiencia, la independencia y la capacidad de superación.
En términos prácticos esto significa aprovechar las iniciativas de la sociedad civil, facilitando e incentivando su labor, por medio de invitaciones a los ciudadanos, a las comunidades locales, a las organizaciones religiosas y fundaciones sin fines de lucro a participar en el combate contra la pobreza.
¿Por qué funciona la caridad privada? Primero, porque puede ser mucho más flexible que los programas de gobierno. Segundo y más importante, porque pueden recompensar las buenas acciones y castigar las malas. En cambio el gobierno, que le entrega cheques a todo el mundo, no puede hacerlo. En la caridad privada existe el concepto de los pobres que merecen algo y de los que no lo merecen. Por ejemplo, si una persona es alcohólica, no le dan más dinero, ya que con él va a comprar licor. Hay un requisito previo y es escuchar una plática antes de recibir el alimento. Estas instituciones pueden ejercer influencia en las personas en una forma en que el gobierno no es efectivo. No se limitan a entregar dinero a la gente.

Lección 2: Crowding-out de la intervención pública

El agresivo intervencionismo del gobierno norteamericano en las vidas de los pobres trajo consigo consecuencias muy negativas. Una de las cosas más desagradables que generó el gasto público fue un sentimiento negativo en las familias y en las comunidades locales que consideraron que el gobierno se comenzó a exceder progresivamente en sus funciones, ejerciendo roles que le correspondían a la comunidad, a la sociedad civil y, en definitiva, a las familias. Por consiguiente, el rol que estas debían desempeñar comenzó a atrofiarse. Las instituciones sociales fueron quedando a un lado. La familia, la comunidad, las instituciones de caridad comenzaron a sentir que no jugaban ningún papel, ya que todo estaba en manos del Gobierno.

Lección 3: Las personas respondemos a incentivos

Quizá no tan sorprendido, Tanner cuenta que una consecuencia importante de la lucha contra la pobreza en EEUU ha sido el aumento de nacimientos fuera del matrimonio. Mientras que en 1960, sólo el 5% de los recién nacidos no eran hijos de matrimonios. Hoy día el porcentaje bordea el 32%. Este fenómeno se debería, en parte, a los cambios registrados en la sociedad de hoy donde el sexo está siempre presente, en que la familia se ha descompuesto, la mujer trabaja más que antes, etc.
Sin embargo, diversos estudios también han mostrado una importante correlación entre la disponibilidad de beneficios sociales que entrega el gobierno y el aumento de nacimientos en estas condiciones. Esto no quiere decir necesariamente que las mujeres se embaracen para obtener beneficios sociales, pero es posible que el acceso a los beneficios sociales haya eliminado los incentivos para que no hubiera nacimientos fuera del matrimonio. Esto se ha reflejado en el hecho de que éstos no sólo alcanzan 32% del total de nacimientos, sino que en la población con mayores grados de pobreza como es la población afroamericana y las minorías esa cifra llega a un escandaloso 68%!!
Esta situación es como comprar un boleto directo a la pobreza. De hecho, los estudios demuestran que los nacimientos fuera del matrimonio están vinculados a condiciones de pobreza. Es altamente probable que las mujeres y sus niños en tales circunstancias terminen en condiciones de pobreza, principalmente si se trata de adolescentes que abandonan el colegio y que tienden a no trabajar durante largos períodos, no se integran a la fuerza laboral y cuentan con pocas habilidades que les vayan a ser útiles posteriormente como para obtener un buen trabajo. Además, hay un factor adicional que es que cuando se presenta un primer nacimiento fuera del matrimonio es probable que haya un segundo o un tercero y, en ocasiones, de padres distintos. Ahí se presentan también consecuencias en términos de pobreza. Obviamente, esto no quiere decir que una madre soltera no pueda hacer un buen trabajo o que los niños que nacen en estas circunstancias no van a poder hacer grandes cosas pero, en términos estadísticos, los riesgos son más altos ya sea en cuanto a probabilidad de deserción escolar, uso de drogas o actividades delictuales. Hay que tener en cuenta también que por lo general las familias pobres tienden a segregarse en “barrios pobres” donde los niveles de delincuencia, embarazo adolescente, tráfico de drogas son mucho más altos. La literatura de neighborhood effects y social networks ha encontrado un impacto negativo de la convivencia en barrios de “mala” calidad sobre variables económicas de importancia como el rendimiento escolar de los niños o la probabilidad de encontrar un buen trabajo, por ejemplo.

Lección 4: “Los pobres no son flojos… pero tampoco son tontos”

De acuerdo con Tanner, los programas de bienestar social en EE.UU. han contribuido también a disminuir la ética laboral entre los pobres. Se suele decir mucho pero yo tampoco estoy de acuerdo en que los pobres son flojos…sin embargo, tampoco son tontos y si uno les paga para que no trabajen, obviamente no trabajarán.
En EE.UU. esta situación llegó al extremo. De acuerdo con Tanner, si uno calcula el valor de todos los beneficios sociales que se entregan a la gente, como el pago en efectivo, los cupones para alimentos, los programas de vivienda, de salud, etc. se encuentra que ese valor resulta ser más alto que un salario mínimo. Por lo tanto, no resulta sorprendente que la gente decida no trabajar por el mínimo y se acoja a los programas de bienestar.
La evidencia muestra que obtener un empleo, aunque sea por el mínimo, permite salir de la pobreza. Hay estudios que indican que si se toma a dos personas que se encuentran bajo la línea de pobreza y una familia ha estado acogida al bienestar y la otra trabaja, y se retoma esa situación al cabo de un año, la familia que trabaja, o donde alguien ha trabajado, tiene dos veces más posibilidades de sobrepasar la línea de la pobreza que la familia acogida al bienestar. También se ha encontrado evidencia de que es más probable que los hijos de quienes se han acogido al bienestar, cuando sean independientes (a causa de la ética de trabajo en que se han desenvuelto según la cual no es importante trabajar) no trabajen. Y es por eso que el bienestar social sigue siendo un problema en el caso de la segunda y de la tercera generación.

Finalmente, las preguntas que no debemos perder de vista como sociedad, como país son ¿qué es lo que perseguimos en materia de pobreza? ¿una pobreza más cómoda y menos dolorosa? ¿o diseñar los mecanismos necesarios para SACAR a la gente de la pobreza?

25-08-2007

SALARIO MÍNIMO

En La Republica de hoy se menciona el posible futuro ajuste de la remuneracion mínima vital o salario mínimo. Tremendo tema!. En CHile hay actualmente una discusión similar. Sin conocer mucho el detalle es claro que el salario minimo es para proteger a los trabajadores y claramente no es un salario de mercado. El equilibrio del mercado del trabajo diría que el salario se determina por el valor monetario de la productividad del trabajo. Sin embargo esta solución no considera las necesidades vitales que enfrentan los trabajadores y en ese sentido existe una REMUNERACIÓN MÍNIMA VITAL que intenta garantizarlas. Por esa razón es que típicamente se arguye que un aumento del salario mínimo genera desempleo al elevar aún más el costo de las empresas y los aumentos que se han visto tampoco han mejorado sustantivamente la situación de aquellos trabajadores que lo perciben. El debate es amplio. En el Perú el Consejo Nacional del Trabajo ya dio su aprobación al ajuste del salario mínimo por conceptos de inflación subyacente y aumentos de productividad, es decir aumentará algo más que nada (interesante sería conocer la productividad del trabajo), mientras que en Chile se habla de un salario ético que acorte las alarmantes desigualdades existentes entre los que más ganan y los que están en torno al salario mínimo lo que ha llevado a pensar en financiamiento del Estado para pagar este nuevo salario.
Lo que yo creo es que finalmente la discusión es de desigualdad en la distribución de los ingresos y los aumentos en el salario mínimo son solo parte, y una parte muy pequeña, de esta discusión, sobretodo en Perú. ¿Cuán preocupados estamos en mejorar esa productividad?. A medida que aumente la productividad el trabajador se ira movilizando a mejores zonas en la campana de la distribución y en el mejor de los casos percibiendo lo que el mercado valora por su productividad, por supuesto que siempre habrán trabajadores en la cola de la distribución que sí se verán beneficiados por los aumentos del salario mínimo pero la idea es que sean cada vez menos, ¿o no?. Pensemos mejor entonces en ¿cuáles son los determinantes de esta productividad? y si ¿las políticas actuales le dan alguna prioridad?.


UPDATE:
La opinión de Humberto Campodónico sobre el salario mínimo.